Charlemos de la hamburguesa

Charlemos de la hamburguesa, si bien semeja evidente que la hamburguesa pertenece a la enorme familia de los bocadillos, no todos y cada uno de los bocadillos tienen la posibilidad de nombrarse hamburguesas. Entonces, ¿exactamente en qué instante (y más que nada para qué exactamente receta) tenemos la posibilidad de charlar de una hamburguesa?

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Si nos fijamos en los orígenes de la hamburguesa

La crónica de la hamburguesa nos comenta que la carne picada cruzó el Atlántico en la época del siglo XIX, al tiempo que los emigrantes salían de Alemania hacia América.

Así, en los navíos que transportaban a estos nuevos americanos se servía carne de vacuno como comida primordial, pero no está completamente claro que fuera ahora entre 2 rebanadas de pan. Por ende, no hay duda de que una hamburguesa correcta debe contener un filete de carne picada.

El importancia del bollo

Múltiples estadounidenses aseguran haber inventado la hamburguesa en la manera que la conocemos. En todo caso, fue entre finales del siglo XIX y principios del XX en el momento en que la hamburguesa clásico arraigó en América.

Desde los años 30, se servía en un bollo redondo y blando. En 1948, los hermanos McDonald preservaron esta receta en su pequeño lugar de comidas californiano de comida rápida. Actualmente, el «bollo», en ocasiones enriquecido con leche y con frecuencia cubierto de semillas de sésamo, se convirtió en la regla para elaborar hamburguesas. Por ende, cualquier bocadillo hecho con pan de bollo puede considerarse una hamburguesa.

La manera propia de la hamburguesa

Comúnmente, a lo largo de décadas, la hamburguesa fué redonda. Si bien en ocasiones cambia de bollo o de relleno, guarda la manera redonda que lo realiza tan cómodo de comer. En ocasiones se estira a lo largo, consiguiendo una manera ovalada que guarda los bordes redondeados. Pero si bien es común a las hamburguesas, este modo no es el único método para elegir que un bocadillo es una hamburguesa. Además de esto, su primo lejano del sur de Francia, el pan-bagnat, no entra en la categoría de hamburguesa, pese a su pan redondo.

Como conclusión: los criterios que hay que rememorar

Como la manera es parcialmente limitada para un bocadillo, semeja mucho más sensato sostener solo los 2 primeros factores para elegir si un bocadillo es una hamburguesa (o no).
Además de esto, las novedosas recetas de hamburguesas, a partir de pollo, pescado o aun tofu, preservan el nombre pese a un relleno «exótico» pues sostienen el popular pan redondo.

Por otro lado, ciertas producciones han prescindido del panificado blando a favor de un panificado torrado: me viene a la cabeza el popular «Quick\’n Toast», tal como la hamburguesa servida en entre los sitios de comidas de comida rápida mucho más viejos estadounidense, Louis\’ Lunch. Desde 1900, el filete picado se sirve entre 2 rebanadas de pan torrado.

Por consiguiente, puede considerarse que una hamburguesa cumple cuando menos una de estas 2 obligaciones: prestar un filete de carne picada o servirse en un «panificado». En términos matemáticos, solo una de estas condiciones es precisa y bastante a fin de que un bocadillo sea una hamburguesa.