Editorial – Hoy hablamos del melón

Este fruto dulce y delicioso, mimado por el sol, pertenece a la gran familia de las cucurbitáceas, pariente de pepinos, calabazas, zapallitos y sandías. El melón es originario de Asia y conocido en China unos 100 años A. C. Posee una pulpa más firme y de sabor más comprometido que la sandía, debido a que contiene menor porcentaje de agua que aquélla. Esta pulpa dulce y jugosa, puede variar de color desde el blanco al naranja intenso, pasando también por el color verde. Para alegría de todos los que cuidan su peso, 100 gramos de melón tienen solamente 30 calorías. Es rico en vitamina C, potasio, sodio, fósforo y manganeso, que lo transforman en un verdadero protector de las defensas del cuerpo.

Algunas variedades
Las variedades más conocidas son: el Honey Dew o Rocío de miel, de cascara lisa, fina y color claro, pulpa muy dulce también de color amarillo claro. Melón de miel: de cascara amarilla y más rugosa que el anterior y pulpa muy dulce y carnosa. Tiene forma ovalada y es sumamente jugoso. Estos melones son apropiados para el calado y tallado, debido a su cascara resistente. Generalmente se emplean para decorar mesas de buffet frío. Dentro de los reticulados, que son los melones de cascara rugosa y surcada por nervios finos, se reconocen dos variedades, una es el melón Rock ovalado, reticulado y muy rugoso y la segunda es la variedad Early Sweet de forma redondeada y liso.

En la cocina
Para consumirlo fresco es aconsejable colocarlo unas 2 horas antes, no más, en la heladera. Se corta por la mitad y luego en rodajas largas. Las semillas se separan con una cuchara fácilmente. Su pulpa se puede trocear en dados o extraerla con la cuchara para hacer esferas. Como postre, combina con todas las frutas del tiempo; se realza con helados, crema fresca, brandy, cognac, oporto y jerez. Las gelatinas y sorbetes preparados con su pulpa procesada, son un magnífico refresco. Cumple un excelente papel en los buenos menúes, como entrada, con un toque de pimienta, acompañando al jamón de Parma o al jamón serrano. Combina con mariscos y filetes de pollo frío.

Cómo elegirlo
El color de su cascara no es un buen indicativo del punto de maduración. Sólo nos puede servir la prueba del aroma y de la blandura; o sea, que si la fruta exhala un fuerte y delicioso aroma y el extremo por el que estuvo unido a la planta es tierno, son datos suficientes para pensar que ha alcanzado la madurez. Como ya es nuestra costumbre acompañamos a esta editorial con un par de recetas deliciosas:

• ENSALADA DE MELÓN, AJÍ Y MANZANAS
Pelar y cortar en cubos la pulpa de un melón de alrededor de 800 gramos y 2 manzanas verdes quitándole las semillas, agregar tiras finas de 1/2 pimiento verde y 1/2 pimiento rojo. Lavar 150 gramos de brotes de soja bien crocantes. Mezclar todos los ingredientes y espolvorear con 1 cucharadita de semillas de sésamo. Rociar con jugo de limón colado y unos hilos de aceite de oliva. Agregar muy poca sal.

• DULCE DE MELÓN
Pelar un melón maduro, quitarle las semillas, las fibras y cortar la pulpa en dados. Pesar la pulpa y colocar 700 gramos de azúcar por kilogramo de pulpa. Cocinar a fuego lento con el agregado de 1 chaucha de vainilla. Revolver con cuchara de madera de vez en cuando y con cuidado de no romper los cubos. Cocinar hasta que tome punto. Perfumar con ron. Envasar en caliente y retirar la chaucha de vainilla (si no se utilizó chaucha, agregar 2 cucharaditas de esencia de vainilla cuando se retira del fuego). Punto final según termómetro: 100° a 102° C.

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