Escoger bien para alimentarse mejor, una aceptable hamburguesa es frente un buen filete picado, o sea, carne. Pero debe ser de calidad. ¿Qué poseen verdaderamente nuestras hamburguesas?
A esta pregunta existencial, la mayor parte de ustedes van a estar tentados de contestar: «¡bueno, res, jocoso! Los mucho más insolentes, en cambio, enfriados por el escándalo alimenticio de determinados artículos industriales, musitarán un lacónico «caballo, claro…». Entre estas 2 respuestas, hay un planeta, el de la carnicería, industrial o artesanal. Para resumir, había que realizar una encuesta.
El buen filete de tu carnicero – Escoger bien para alimentarse mejor
El bistec picado al estilo carnicero, recién salido del taller de un digno artesano, debe contener las partes nobles de la res. Por este motivo, el carnicero escogerá un óptimo trozo de filete de Scoter, de Twin steak o de T-bone, o aun parte del solomillo o de la falda.
Ciertos carniceros agregan algo de paletilla, para añadir grasa. Pero en todo caso, el carnicero concienzudo va a tener precaución de moler una carne rojísima, sin nervios, y por supuesto en el último instante.
Carne usada en sitios de comida rápida
En cambio, los filetes de las hamburguesas cocinadas por los colosales de la comida rápida proceden de las partes delanteras del animal, que acostumbran a reservarse para el estofado. Cortes mucho más económicos.
La rentabilidad es indispensable. Los novillos, todos alimentados del mismo modo para sugerir una carne con exactamente el mismo gusto, se sacrifican antes de los 22 meses de edad. El desempeño es fundamental. Ahora, la carne se transporta a una factoría, donde se mezcla con otra carne de distintas procedencias, con frecuencia de otros países.
Esta carne industrial no muestra ningún inconveniente sanitario, pero la diferencia de gusto con la carne de carnicero es visible. Más que nada por el hecho de que el procedimiento empleado para conformar los filetes da como resultado una composición bastante apretada. Por tal razón, ciertas factorías están comenzando a disponer equipos que hacen que los filetes sean menos sólidos, a fin de que se simulen mucho más a los filetes caseros.
Lea atentamente las etiquetas de las tiendas
Lo malo está en los congeladores de las tiendas. Al tiempo que ciertas hamburguesas de marca son con perfección válidas para su hamburguesa, otras no son mucho más que pálidas copias. Fíjate bien en el envase: una genuina hamburguesa de ternera debe contener un cien% de carne de vacuno, como ha de ser.
No obstante, ciertas latas industriales poseen elementos extraños, como la soja. Una proteína vegetal que no es insalubre, pero que transforma esta pseudocarne en un avatar del filete. Tiene un nombre bien escogido por un aparato de marketing para hacerle sentir mejor: Tierno, Despacio, Plus…
Más que nada pues la carne mezclada con un listo proteínico pierde su color. Para no vender filetes blancos, los desarrolladores (que tienen una contestación para todo) agregan colorante para ofrecer a la carne cierto enrojecimiento que se piensa la hace mucho más apetecible.
Nuevamente, no hay peligro para la salud, pero la experiencia gustativa se ve muy comprometida. Una pista para los que tienen inconvenientes para leer las etiquetas: el valor. A precio de ganga, un filete es una sombra de lo que fue.