La presencia de las frutas y verduras en la pirámide alimenticia fue establecida desde el primer diseño que se presentó al mundo.
En dicha pirámide se encuentran los alimentos que deben estar presentes en nuestra dieta diaria para mantener una vida saludable.
Las frutas y verduras tienen gran importancia en la pirámide alimenticia ya que ellas sirven de complemento a los alimentos principales, además ambos productos son ricos en vitaminas y propiedades antioxidantes.
Los expertos comentan que luego del agua, las frutas y verduras deben ser los alimentos que se consuman con mayor frecuencia y en mayor cantidad, es por ello que se encuentra en los primeros puestos de la pirámide.
Las verduras comprenden la sección comestible de una planta. El consumo puede variar entre la raíz, frutos, bulbos, hojas, flores, tubérculos o semillas.
Aunque otorgan gran cantidad de vitaminas y nutrientes, a nivel nutricional no todo funciona de la misma forma, por eso los tubérculos y semillas quedan fuera de esta categoría.
Las verduras pueden ser consumidas en muchas formas, según el gusto del consumidor. Pueden presentarse en ensaladas, como acompañantes, como ingredientes dentro de una preparación o solas.
En tanto las frutas se pueden consumir frescas o en jugos, siempre cuidando los niveles de azúcar para no disminuir los beneficios que aportan.
Beneficios del consumo de frutas y verduras
En primera instancia se puede decir que el principal beneficio de estos productos es la carga nutricional que poseen, aunque aportan muy pocas calorías son ricos en micronutrientes que ayudan en el control de enfermedades crónicas.
Poseen gran cantidad de fibra, lo cual incide directamente y de forma positiva en los intestinos, eliminando impurezas y combatiendo el estreñimiento.
La fructuosa en las verduras se encuentra en muy pocas cantidades, incluso menor que en las frutas, lo que disminuye el riesgo de una sobrecarga hepática y otros problemas relacionados con este ingrediente.
Sin embargo la fructosa de las frutas siempre está acompañada de fibra, agua y demás componentes que dificultan su rápida absorción por el cuerpo humano.
Tanto las frutas como las verduras contienen altos niveles de agua y fibra, lo que incrementa la sensación de satisfacción, además pueden funcionar como prebióticos.
Los antioxidantes también tienen gran presencia tanto en las verduras como en las frutas. Estos aportan beneficios contra las inflamaciones, además contribuyen en la no proliferación de células ligadas a varios tipos de cáncer.
La clorofila presente en ambos productos proporciona oxigenación en la sangre al mismo tiempo que ayuda en la circulación, disminuye los daños del ADN, es funcional contra las infecciones y ayuda a la desintoxicación.
Las verduras generan varios tipos de toxina de forma completamente natural que les brinda protección ante sus atacantes, lo que con el pasar de los años se tradujo en un incremento de la tasa de producción de defensas en los humanos.
Estudios científicos se han encargado de validar las teorías que indican que al consumir verduras y frutas se disminuye el riesgo de sufrir de obesidad mórbida y mortalidad.