Lechuga americana

En América, la lechuga es muy popular, en especial, aquella que se cultiva en tierras semi-templadas del continente y que recibe el nombre de lechuga americana.

Esta variedad de lechuga, cuya forma es esférica, es de textura muy suave, pero crujiente, con sabor aterciopelado y un cierto dejo a manteca vegetal en el último saboreo.

Sus hojas de un tono verde blancuzco, forman un cogollo apretado, que se va abriendo a medida que pasan los días.

Es muy parecida al repollo, con la diferencia de que éste es duro y picante, mientras que la lechuga es suave, flexible y delicada al paladar.

Separar cada una de sus hojas para consumirlas es sumamente fácil, debido a la conformación del cogollo.

Esto facilita cualquier manipulación a la cual la vayamos a someter para su higiene antes de consumirla.

Muchas personas, sienten dudas en cuanto a la higiene de las lechugas americanas, debido a la creencia general, de que son cultivadas cerca de criaderos de ganado.

También se piensa que en su cultivo, se utiliza compost como abono y por lo tanto, en sus hojas podrían llegar a sobrevivir algunos parásitos, amebas o bacterias.

Aunque todos los vegetales nacionales o importados que se venden en los anaqueles de los supermercados europeos, cumplen con rigurosas normas de higiene, impuestas precisamente para evitar el contagio de enfermedades, puedes poner en práctica ciertas técnicas de lavado para evitar que consumas este vegetal con temor.

En primer lugar, puedes optar por lavar muy bien las lechugas en casa, separando con cuidado cada hoja y desechando las externas.

Lava muy bien las partes que vas a consumir, bajo el grifo de agua fría, luego ponlas en un recipiente hondo de vidrio con agua a temperatura ambiente, a la cual le vas a agregar unas cuantas gotas de cloro, el zumo de un limón grande o un cuarto de taza de vinagre blanco, remójalas por alrededor de diez minutos.

Pasado ese tiempo, las escurres o las colocas en la centrífuga de vegetales y listo, ya puedes usarlas en el plato que desees.

Si no te convence mucho el tener que lavar las lechugas en casa o sencillamente, no dispones del tiempo requerido para hacerlo, tienes otra opción válida.

Compra lechugas americanas orgánicas, las cuales, al igual que otros vegetales, que provienen de invernaderos con un ambiente controlado, son sumamente higiénicas y además tienen un sabor diferente y delicioso.

Esta variedad de lechuga, es muy apreciada para la elaboración de platos que ameriten un ingrediente suave, de sabor no invasivo y que tenga textura crujiente.

Los bocadillos, hamburguesas y un sinfín de platos de la conocida comida rápida, llevan lechuga americana como ingrediente bandera, en cuanto a sabor y consistencia.

Con sólo colocar lechuga entre dos panes, acompañada de unas lonjas de queso y jamón, ya tienes un bocadillo para el desayuno o un snack ligero, a fin de mitigar el hambre que ataca a media tarde.

Pero si vamos a hablar de ensaladas, la lechuga americana es un elemento que viene a enriquecer cualquier combinación, fría o caliente, que va a llenar tu sentido del gusto con una fiesta de sabores. Cuando nos metemos a la cocina a elaborar una ensalada, la verdad que las combinaciones de ingredientes, son infinitas.

Una receta básica, sería cortar las hojas de lechuga americana, colocarlas en una fuente e ir agregando, cada ingrediente que nos guste y tengamos a la mano.

Si eres amante de las aceitunas negras, pues destapa una lata, córtalas en rodajas finas y agrégalas a la base de lechuga.Luego encontraste una lata de anchoas y te fascinan, pues ponlas en la fuente también.

Continúa con tomaticos cherry, dados de queso, célery, aliños verdes, aceite de oliva, pimienta, orégano, sal, unifica todo y tienes una ensalada espectacular, que no le envidia nada a las que sirven en los más costosos restaurantes.

Así como esta, existen cientos de recetas, donde la lechuga pasa a ser un ingrediente imprescindible, que debes tener siempre en el refrigerador, pues te sacará de apuros en las situaciones más apremiantes.

El secreto es aplicar creatividad e imaginación, al momento de usar la lechuga. Por ejemplo, te sobro pechuga de pollo del almuerzo, pues sancocha dos patatas y una zanahoria mediana, pícalas en cubos pequeños, al igual que la pechuga, aliña todos los ingredientes con mayonesa, limón, sal y pimienta.

Coloca dos cucharadas de la mezcla anterior en hojas de lechuga americana, haz algunos enrollados y ponlos en un recipiente tapado, durante un minuto en el microondas.

Te puedes comer hasta tres enrollados de hojas de lechuga, que constituyen una cena ligera, pues prescinden de carbohidratos de harina procesada, son deliciosos y sanos.

Haciendo esta cena, no vas a tardar más del tiempo que te lleve sancochar la zanahoria y las patatas. De resto, todo está listo y si eres previsiva, puedes tener los ingredientes listos en el refrigerador, esperando para ser ensamblados.

Como puedes ver, el cielo es el límite. Puedes sustituir el pollo, por atún, salmón o cualquier otra proteína, que te guste o que te vaya quedando en la nevera y luego no sabes qué hacer con ella.

Es cuestión de probar, porque con la lechuga americana, todo combina, sea dulce, ácido, salado, frutas, cereales, bayas, granos, pescado, pollo, carnes, quesos, jamones. Sólo debes tener imaginación y actitud.