El hígado graso en niños, el verdadero problema de salud que ahora hay que afrontar
Hígado graso en niños, muchas familias tienen hijos pequeños con sobrepeso, pero los padres no imaginan que esto pueda ser grave. Parece prevalecer la creencia que existía en el pasado de que el niño “gordito” era un niño sano. Nada más falso que esto, de hecho, la obesidad en los niños puede llegar a dañar su hígado, un órgano vital para los seres humanos y sin el cual la vida no es compatible.
La enfermedad por hígado graso en niños no alcohólico (EHGNA) es la presencia de grasa en las células del hígado, más grasa de lo normal, por lo que el órgano comienza a sufrir y poco después empieza a inflamarse. La enfermedad a estas alturas puede ser indetectable, de hecho, la mayoría de las personas que la padecen no sienten nada, no presentan síntomas.
Un estudio de prevalencia en niños, realizado en una serie de autopsias en Estados Unidos, mostró una frecuencia de 9.6 % de la enfermedad en individuos con peso normal y de 38 % en obesos.
Todo parece indicar que la incidencia de hígado graso en niños se está incrementando en relación directa con el incremento de la obesidad y el sobrepeso en este grupo de edad.
En México, una investigación de Flores et al. determinó que la prevalencia de EHGNA en 833 niños de una escuela primaria, con edades entre 5.5 y 12 años, que tenían sobrepeso y obesidad fue de 12.6 %.
Dicho estudio es del año 2013, por lo que las cifras pudieron haberse incrementado significativamente en la actualidad.
Y es que hoy en día, de todos los países en el mundo, México logró colocarse en el número uno de niños con obesidad y sobrepeso.
Niños que a simple vista sólo se ven “gorditos”, pueden estar enfermos y pueden haber desarrollado hígado graso sin que nadie lo sospeche.
“Uno creía antes que el niño gordito era el niño sano y ahora sabemos que el niño gordito es justamente el que se va a enfermar. Por ahí hay un investigador australiano que advirtió que ésta será la primera generación en la que los hijos van a morir antes que los padres porque van a tener obesidad, hígado graso, cirrosis y cáncer de hígado.
“No sé el porcentaje exacto (de los niños con obesidad que padecen hígado graso), pero debe ser de alrededor del 60% además, si son diabéticos es peor el problema”, explicó la reconocida especialista en hígado, la Dra. Margarita Dehesa.
La Dra. Dehesa ha sido desde hace varios años uno de los motores que han impulsado y promovido la salud hepática en México, por lo que en últimas fechas ha expresado su preocupación por la incidencia de esta enfermedad silenciosa y por las causas que la provocan.
Hace unos días, en el marco del Día Mundial de la Hepatitis, la Dra. Dehesa hacía hincapié en que la hepatitis C ha dejado de ser mortal gracias a los nuevos medicamentos disponibles, por lo que el hígado graso en niños, cobrará mayor importancia como una enfermedad que debe detenerse.
“Ahora las campañas van a tener que ser dirigidas a eso (prevención de hígado graso) y no tenemos en el mercado todavía un medicamento para que cure esto. Lo que lo cura es mejorar los hábitos de vida, quitar los alimentos chatarra, hacer ejercicio y que el niño baje de peso y que los papás se ocupen de los niños.
“Porque finalmente si curamos al paciente con hepatitis C, entonces vamos ahora a tener el problema con los pacientes con hígado graso, con esteatohepatitis, cirrosis y cáncer de hígado”, comentó en entrevista la Dra. Margarita.
Los altos índices de obesidad en otros países occidentales como es el caso de Estados Unidos, han llevado a que en esta población el hígado graso en niños sea la primer causa de enfermedad hepática en niños y adolescentes.
“Pero no sólo es hígado graso, desarrollan además aterosclerosis y muchos de ellos mueren de un infarto porque la grasa se va a la parte interna de las arterias, incluyendo las que irrigan al corazón, se tapan y se mueren.
“Así que yo creo que ahora la campaña que sigue es la de hígado graso y que los endocrinólogos entiendan que cuando sus pacientes tienen diabetes, pues tienen que pedirles también un ultrasonido al menos, para saber si tienen hígado graso”, afirmó la Dra. Dehesa.