En este caso, hablamos de M-PBI, o sea mindfulness basado en una práctica breve integrada. Normalmente las meditaciones Mindfulness duran una hora o más.
Sin embargo existen formadores que han desarrollado prácticas intensivas, de no más de 5 a 8 minutos de duración, perfectas para personas con poca paciencia, poco tiempo o ligeramente perezosas (por decirlo suavemente) e igualmente efectivas que las más conocidas.
La atención plena práctica aumenta tu felicidad basal:
Nuestro cerebro está dividido en los hemisferios izquierdo y derecho. Se ha demostrado que nuestro cerebro tiene una alta actividad en la corteza prefrontal derecha (parte frontal del cerebro) cuando estamos en un estado de ánimo deprimido, ansioso.
Nuestro cerebro tiene una alta actividad en la corteza prefrontal izquierda cuando estamos felices y enérgicos. Esta relación de la actividad de izquierda a derecha muestra nuestra felicidad basal en todas las actividades diarias.
Entonces, ¿qué le pasa a esta relación cuando practicamos la meditación consciente? La investigación de Richard Davidson y Jon Kabat-Zinn muestra que sólo 8 semanas de práctica diaria mindfulness de 1 hora conduce a un aumento significativo en la activación del lado izquierdo en el cerebro y este aumento se mantiene incluso después de 4 meses del programa de formación (Davidson , Kabat-Zinn et al., 2003).
En resumen, este hallazgo demuestra que la práctica del mindfulness a corto plazo aumenta nuestro nivel de bienestar y felicidad de manera significativa, incluso a nivel físico.
Te hace más resiliente:
La Resiliencia, en términos básicos, es la capacidad del individuo para recuperarse de los reveses y adaptarse bien a los cambios.
Del mismo modo, en nuestro cerebro, tenemos una región llamada la corteza cingulada anterior (CCA), que se encuentra en el interior de nuestra frente. La CCA juega un papel importante en la autorregulación y el aprendizaje de la experiencia pasada para promover la toma de decisiones óptima.
Los resultados de la investigación de Tang y sus colegas muestran que los grupos de entrenamiento mindfulness que pasaron por una única práctica de 3 horas tuvieron mayor actividad en la CCA y también mostraron un mayor rendimiento en las pruebas de autorregulación y de distractores resistentes, en comparación con el grupo control (Tang et al., 2007, 2009).
Esto significa que con la ayuda de la práctica de la atención plena (mindfulness), podemos cambiar nuestro cerebro en la forma en que reaccionamos ante los contratiempos y tomar decisiones en nuestra vida.
Contrae la región del estrés en el cerebro
¿Recuerdas la época en que ibas por tu vida a toda prisa, con las palmas sudorosas y con problemas para dormir por la noche? Cada vez que nos estresamos, la”amígdala” asume el control.
La amígdala es una región clave en la respuesta al estrés en nuestro cerebro y juega un papel importante en situaciones de ansiedad. Se sabe que la alta actividad de la amígdala se asocia con depresión y con trastornos de ansiedad (Siegel et al., 2002).
La buena noticia es que la práctica de la atención plena en realidad puede reducir el tamaño de la amígdala y aumentar nuestro umbral de reactividad al estrés.
Una investigación reciente realizada por Taren y sus colegas muestra una conexión entre la práctica de mindfulness a largo plazo y una disminución del tamaño de la amígdala (Taren et al., 2013). Mediante la práctica de la atención plena (mindfulness), podemos cambiar la forma en que reaccionamos ante situaciones de estrés y mejorar nuestro bienestar mental y físico.